30 Ene Con Corazón
Ayer tuve una conversación con una amiga. Me decía que escribiera mi blog desde el corazón.
Anoche al acostarme le dí vueltas y más vueltas, y me costó conciliar el sueño. Ahora son las cuatro y media de la mañana y, aunque cansada. me niego a seguir intentando dormir.
Así que, aquí me tenéis soltando mis miedos, prejuicios,… sobre qué imagen tendréis de mi después de leerme.
Me llamo Carmela Escriche, doy clases de yoga y desde el 2005 mis alumnas son embarazadas.
Todo empezó en el gabinete de la que entonces era mi esteticista y masajista.
Yo había pillado una hepatitis y me sentía bastante mal, Ella me animaba a que hiciera Yoga. Por aquel entonces su marido tenía un gimnasio en el que también ofrecían Yoga.
Finamente, un día probé una clase y quedé totalmente abducida, asombrada, enamorada,…hasta el punto de esperar en la puerta a que la profesora saliese del gimnasio para preguntarle qué debía hacer para ser profesora de Yoga.
No recuerdo la conversación porque de eso ya hace muchos años, era el año 1991/92/93, no sé. Pero si recuerdo sus ojos, su mirada. Unos ojos grandes, azules verdosos, llenos paz, de una calma ansiada que, todavía hoy, persigo.
A mis alumnas les transmito mucha paz, sencillamente porque me transformo cuando llegan al estudio. No finjo, no hago teatro, aunque soy bastante teatrera, jajajaja,. Siempre intento sacarles una sonrisa porque es con ella con la que se atrae las hormonas del éxtasis, las necesarias para abordar el proceso del embarazo y el parto desde la celebración.
Y mi lema precisamente es “Celebrando la vida”, así que soy coherente con lo que pienso y creo firmemente: hacer un mundo mejor cuidando la llegada de los bebés, puesto que ellos son los que han de seguir creándolo.
Cada embarazo y parto es único e irrepetible, por lo menos, con ese bebé que anida en el útero de la futura madre. Así que pongo empeño en que entiendan lo importante que es vivir ese momento irrepetible en sus vidas desde la alegría y no desde el drama.
Pero lo cierto, es que con cierta facilidad puedo pasar de un estado de dicha absoluta, en el que me siento muy afortunada, a un estado depresivo durante el cual todo me supera, no encuentro salida y, sobre todo, siempre me viene a la mente la idea vender todo e irme de hippy a Tailandia, Pune,…
Curiosamente cuando esto sucede, siempre pasan cosas: recibo algún wassap con alguna foto de un bebé recién nacido, dándome las gracias, se suman a las clases 5 embarazadas en el mismo día, se apuntan 9 parejas a la preparación al parto, me llama la pareja de una de mis alumnas, que es médico, para preguntarme las fechas de la próxima preparación al parto porque quiere organizarse las guardias del Hospital, puesto que no se la quieren perder y….
Cosas que me dicen “lo estás haciendo bien, continúa, éste es tu propósito en la vida”, como me lo recordó mi querida amiga Miresa que ahora está embarazada y viene a mis clases.
Así que yo sigo.
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